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El tiempo de tu cliente como diferencial

El pequeño detalle que genera clientes de por vida



Hace poco me tocó ir a comer con un cliente a un restaurant japonés de aquí de la ciudad. Cuando llegamos, uno de los meseros nos trajo un plato con pepino rebanado y bañados con un poco de limón y salsa china. Pedimos nuestras bebidas y poco tiempo después, nos preguntó si estábamos listos para ordenar.

Mi cliente ordenó un sushi e inmediatamente el mesero le preguntó si quería su platillo sin pepino. Nos llamó la atención lo que había sucedido y mi cliente le preguntó que si cómo lo sabía.

Resulta que el mesero se dio cuenta que yo fui el único que comió pepino preparado con el que nos recibieron, por lo que dedujo que la otra persona no era fan de esa comida y se aseguró al preguntarlo.

Gran parte de la plática en ese momento fue el gran detalle que mostró el mesero, por lo que decidimos dejar una muy buena propina, además de que lo felicitamos y le comenté que compartiría su historia.

Recuerda que no necesitamos permiso de nuestros jefes para hacer sentir bien a nuestros clientes. Sólo necesitamos hacerlos sentir valorados.


¡Muchas gracias por darte la vuelta!


Te ayudamos a convertir a tus clientes actuales en clientes leales.

LAE Daniel Rodríguez
Conferencista Internacional, Consultor y Director de CRECES

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