CRECES Blog

Querido vendedor: Soy tu cliente prospecto. Tengo una empresa que me absorbe más de 10 horas al día. ¿Por qué debería escucharte, pero sobre todo, por qué debería de invertir en ti, habiendo tanta competencia? Recibo decenas de llamadas diarias. ¿Por qué debería de regresarte la llamada, mensaje o correo electrónico a ti? ¿Qué te hace mejor a tu competencia? ¿Qué tan rápido y accesible eres? Actualmente le compro a empresa XYZ, ¿los conoces? ¿Sabes lo bien que me atienden? ¿Sabes por qué les compro? Aun así, sigo teniendo problemas y retos. ¿Sabes cuáles son? Tengo una estrategia y un plan a 5 años para cumplir nuestros objetivos. ¿Los conoces, crees que puedes encajar y ayudarnos? ¿Conoces mi negocio, mi competencia y por qué estoy dónde estoy? Les compro a esas personas que tienen un gran sentido de compromiso, resultados y lealtad.  ¿Crees que pueda contar contigo? Sinceramente: Tu cliente prospecto.   Después de más de 12 años estudiando a los vendedores,

El día de ayer, mi camioneta me marcó que le hacía falta aire a una de las llantas. Me paro en la gasolinera que está cerca de mi casa y le digo a la persona que me recibe, ¿me podrás ayudar con el aire en las llantas a 35, por favor?   Me dijo, claro que sí. Mientras llenaba las llantas, me limpió el parabrisas y al terminar fue donde estuvo ese detalle que hizo la diferencia.   “Señor, es la tercera vez que me toca atenderlo en las últimas dos semanas y ha sido la misma llanta la que está mal. Le acabo de ver un pequeño clavo y estoy segura que esa es la razón, por la que se está bajando la presión de la llanta”.   Mi primera reacción fue de asombro e inmediatamente le dije, “wow… muchas gracias. Mañana paso por la llantera, para arreglar eso”. Cuando le di su propina, saca dos tapones para las llantas y me dice: “le hacía falta un tapón y aquí le doy dos más de repuesto”.   No hubo pretexto de la pandemia, tampoco comentarios negativos sobre el calor. No me quedó más