Durante
los primeros años del parque de diversiones Disneyland, Walt Disney decidió
realizar un desfile de Navidad, el cual le costaría poco más de $350,000
dólares.
Inmediatamente, el contador de Walt le
rogó que no gastara tanto dinero en un desfile, debido a que la gente ya estaba
dentro del parque y además, nadie estaba esperando un desfile.
La respuesta de Walt Disney fue muy
sencilla: “debemos hacer el desfile, precisamente porque nadie se lo espera.
Nuestro objetivo en Disneyland es siempre darle a la gente más de lo que está
esperando. Mientras sigamos sorprendiéndolos, ellos seguirán regresando a nuestro
parque y además traerán a sus amigos. En cambio, si algún día dejan de venir,
nos costará diez veces más hacerlos regresar”.
Hay mucha diferencia entre un cliente
satisfecho y la experiencia positiva de un cliente. Un cliente satisfecho no
necesariamente regresará, pero la experiencia positiva de un cliente se quedará
grabada en su mente durante mucho tiempo.
¡Muchas gracias!
En
Creces ayudamos a las empresas a convertir a sus clientes actuales en clientes leales.
Daniel Rodríguez de la Vega
Conferencista Internacional, Consultor y Director de CRECES
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