Hace un par de días, me tocó dar una sesión de consultoría en línea con el tema de valor. Al preguntarle al participante, que si qué era lo que vendía, su respuesta fue: “Es que… ¿cómo te lo digo? No es tan sencillo de explicarlo, pero mi papá comenzó hace muchos años con este negocio… Inmediatamente después de eso, perdió mi atención. Ese error es muy común en muchos emprendedores o vendedores. Si no somos capaces de captar la atención de nuestros prospectos (o cualquier persona en este mundo) en los primeros segundos de una conversación, sólo se quedará con nosotros por puro compromiso… si bien nos va. ¿Qué contestarías si te preguntara lo mismo que a esta persona? ¿Sabemos realmente qué problema le resolvemos a nuestro cliente? ¿Tenemos bien entendido qué gana nuestro cliente con nuestro producto o servicio? Porque de una vez te lo digo, no se trata de qué ganamos, sino de qué aportamos. Imagina que vas en un avión y al sacarle plática al de enseguida, te dice que se
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