Lo más seguro es que el último cliente que perdiste, no te dejó por precio, sino por algo mejor y te lo explico con una historia. Aquí en la casa teníamos un jardinero muy bueno, pero el año pasado se fue a vivir a Estados Unidos y tuvimos que encontrar uno nuevo. Les pregunté a mis vecinos y contacté a uno de ellos. Vino a la casa, platicamos y todo iba muy bien. Pero de repente las cosas empezaron a cambiar. Venía cuando le daba su gana. Si yo le marcaba o le mandaba mensaje para preguntarle si podía venir en la semana, me decía que sí y no más no llegaba. Y así estuvimos por unos meses, hasta que un jardinero pasó por la casa y me dice: “veo que le hace falta una buena arreglada al jardín, ¿qué le parece si le ayudo”. Le dije: “sabes qué, sí. Adelante”. Este nuevo jardinero entiende muy bien su trabajo y también uno de los objetivos más importantes en ventas, que es… que esa venta se repita. Ahora es él quien me está mandando mensaje cada 15 días para saber
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