En nuestras empresas, entrenamos al personal para que
vendan más; para que traten bien a los clientes; para que contesten de manera
adecuada el teléfono; para que cobren de manera efectiva; para que reciban amablemente
a los clientes, pero… ¿qué hacemos cuando algo fuera de normal o extraordinario
sucede?
Hace unos días, me tocó ver en un supermercado, cómo uno de
los señores que empacan lo que compras, le ofrecía ayuda a una señora mayor. Le
dijo, “déjeme ayudarla a llevar el carrito a su automóvil”. La señora aceptó y
le dio las gracias. Cuando la persona que empaca regresó, la cajera le dijo, “es
la última vez que me dejas sola empacando todo”. El señor se quedó callado y
continuó con su trabajo.
Por lo general no me meto en este tipo de situaciones, pero
tuve que hacerlo. Sólo le dije al señor, “felicidades por lo que hiciste con
esa señora. Esta empresa necesita más gente como tú” y le di su buena propina.
Muchas veces se nos olvida que nuestros clientes son seres
humanos y que prácticamente, nos debemos a ellos. Son ellos quienes pagan
nuestra quincena y si no los cuidamos, dicha quincena será menor cada vez.
No se trata de seguir una serie de reglas, sino de hacer lo que es mejor, por y para el cliente.
¡Muchas gracias por darte la vuelta!
En Creces te ayudamos a convertir a tus clientes actuales
en clientes leales.
LAE
Daniel Rodríguez
Conferencista
Internacional, Consultor y Director de CRECES
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